martes, 16 de febrero de 2010

Desconciertos en el Café I: Le Loup



El martes 16 era la fecha elegida para la tercera cita el ciclo Desconciertos 2010. Martes, 9 de la noche, y Santander, 3 circustancias que hacían presagiar que no habría una buena asistencia al concierto de Le Loup. 
Pero es que esta ciudad es así. Nunca sabes cómo va a responder la gente. Así que, haciendo caso a esta teoría, 20 minutos antes de que abrieran el Café de las Artes ya había un grupillo de personas esperando. Y, a la hora de comenzar el conierto, la sala estaba hasta arriba.


Pero vayamos por orden. Lo primero que nos sorprendió gratísimamente fue la propia sala. Una sala multiuso (en ella se programan charlas, teatro, conciertos...) con una decoración preciosa, mezcla del salón de la casa de tu abuela, con el salón de la casa de Amelie. Todo muy íntimo, con sillas dispuestas alrededor del escenario, y una primera fila de cojines, para los que prefieran ver el concierto desde los pies de los músicos. Un sonido bastante bueno, y una minibarra que cumple a la perfección la misión de poder tomarse algo mientras se disfruta de la actuación, y además a buen precio, completan el 'mobiliario' de la sala.





Con este paisaje, invadimos la primera fila de cojines, dispuestos a descubrir a los estadounidenses Le Loup, ya que, sinceramente, prácticamente no había escuchado más que un par de canciones al vuelo en su Myspace. Y la verdad es que fueron la segunda grata sorpresa de la noche.




Un grupo joven, con sólo 2 discos en la mochila, pero con las cosas muy claras. A ratos, Arcade Fire, a ratos, Death Cab for Cutie, o Architecture in Helsinki... Coje una cazuela bien grande, y mete guitarras aceleradas, punteos desquiciantes, riffs de banjo y de bajo (sí, los dos, no es una errata), y una batería esquizoide. Para aliñar, le pondremos una voz cazallera en pleno éxtasis, y todos los ruiditos y programaciones habidas y por haber. Aderezar con una buena cantidad de bailes y meneos varios, y todo eso es Le Loup.



Una noche, dos gratísimas sorpresas, y un debut sobresaliente de estos Desconciertos en el Café de las Artes. Esperemos que el ciclo siga por estos derroteros.




Texto: Pablo Varillas
Foto: Roberto Ortiz.

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