viernes, 19 de marzo de 2010

The Plains

El viernes 19 de Marzo The Plains nos ofrecían un nuevo concierto, el tercero de su aún joven historia. En esta ocasión volvían a The Old Cormoran Tavern, dentro del concurso de grupos que realiza el establecimiento.



Antes de comentar lo que fue el concierto en sí, me gustaría puntualizar un par de detalles. Para empezar, hay que elogiar la iniciativa del establecimiento de organizar un concurso de bandas, ofreciéndoles la posibilidad de dar 2 conciertos cada una, y que el público elija al ganador. Pero con matices.

En este caso, se aprecian dos fallos bastante importantes. Por una parte, el local no tiene las condiciones adecuadas para ofrecer conciertos en directo: a pesar de la inmejorable situación, y el amplio espacio del que dispone, es increíble que no se ponga a disposición de las bandas un equipo de sonido decente. Y por otra parte, el sistema de votación es un tanto curioso: cada consumición que realizas, te entregan un ticket. Ese ticket es la papeleta en la que tienes que escribir el nombre del grupo, y la nota que le das. El que mejor nota (más votaciones) tenga, gana el concurso. Más resumido: el grupo que tenga un par de miembros con familia numerosa, o el que arrastre más amigos gana fijo.

Pero bueno, una vez comentado esto, vayamos al concierto en sí, que es lo que nos interesa.




The Plains es un grupo de reciente formación, o mejor dicho, de reciente estreno, ya que, siendo exactos, hace ya casi un año desde que definieron su actual formación.

The Plains son la avasalladora voz de Nat, el omnipresente bajo de Carlos, la esquizofrénicamente intensa batería de Luis, los cálidos teclados y los coros de niña buena de Lara, y la inconfudible guitarra, batuta musical, de Ramón.

Es difícil encontrar una etiqueta que defina a The Plains. A las primeras escuchas quedan claras un par de pinceladas: base rítmica setentera, particularmente la batería, ruidosa, caótica e imprevisible; por otra parte, la guitarra de Ramón se dedica a recorrer las armonías de las canciones, buscando el mínimo hueco para poner una inyección de intensidad, unas veces arropando la melodía principal con leves caricias, en otras ocasiones dándote una sonora bofetada en la cara, despertándote del letargo.



Pero una vez entras en su espacio vital, se vislumbran muchas más cosas. Lara convierte su teclado en el parche perfecto para el bajo, dándole la comodidad de contar con un apoyo secundario de lujo. Nat juega con las canciones a su antojo. Voz tiene de sobra para hacerlo. Controlando los registros en función de lo que quiere decirte en cada momento, adapta perfectamente su voz a lo que en cada momento pida la canción. Y los momentos en que Lara la hace coros la dan, además, la oportunidad de darle una vuelta de tuerca más a las melodías.

The Plains son, sin duda, una de las bandas con mejor pinta de Cantabria. Esperemos que la suerte les acompañe, y puedan llevar su música un poco más allá de los oídos sordos de esta región.


Texto: EnanoMiron

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