Sábado 8 de Mayo. En medio de la sobredosis musical prevista para este fin de semana, (The Posies y Luis Auserón, anoche; Barzin y la Fiesta EstelaRock hoy, y Lost in Covers y 45 Grados mañana) llegamos al Café de las Artes dispuestos a disfrutar de otra noche desconcertante.
Hoy es el turno de Barzin, la banda canadiense liderada por el propio Barzin Hosseini (voz, guitarra acústica), arropado, según la canción, por una guitarra eléctrica o un slide, un vibráfono o un acordeón y una batería.
Barzin es calor. Es cercanía. Es el susurro que te explica que el no lo sabía, que nadie le avisó. Barzin es lo que suena el día de la fiesta de graduación del instituto, cuando, por fín, le dices a tu chica que la quieres, ella te besa, y comenzais a bailar una lenta. Es el disco que pones una tarde de sábado en la cabaña de los Alpes, mientras te acurrucas debajo de una manta en frente de la chimenea.
Cualquiera que hubiera escuchado el disco de Barzin ya sabía todo ésto. Lo que no sabíamos (al menos yo), es que estos canadienses no sólo son la banda sonora perfecta para cualquiera de esos momentos, sino que ellos mismos recrean esas situaciones a la perfección. Creo que todos los que disfrutamos del concierto pudimos comprobarlo.
Comienza la canción. Cierra los ojos. Déjate arrastrar.
¿Lo notas? Hace calor. No sé donde estoy, pero es un sitio acogedor. Me siento seguro. Como cuando de pequeño tenía una pesadilla y mi madre venía a mi cama y me abrazaba.
Pero hay algo más, ¿no lo oyes? Es el eco de la pasión. Del sentimiento. Estos chicos nos están contando algo que llevan muy dentro. Y nos lo están contando con una transparencia total, tanta que nos hace sentirnos casi como intrusos en su corazón.
En cambio, se les ve muy cómodos abriéndose a nosotros. Sí, se les ve que están disfrutando mucho haciéndonos parte de su propia autopsia musical.
Y también se nota que, aunque Barzin Hosseini es la cara del grupo, todo lo que hay detrás tiene el mismo peso que él. En este grupo no hay estrellas de la música. Hay músicos que nos animan a contemplar las estrellas. Todos saben lo que tienen que hacer. Dejar de lado los efectos, las cortinas de humo y todos esos artificios tan presentes en los grupos actuales, y contarnos, o cantarnos lo que les preocupa. Que llevan demasiado tiempo aquí parados, que ya es hora de conducir a algun lugar apartado, irse por ahí, dejar atrás tus pálidos ojos azules, y abandonar todas las preocupaciones.
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